Aunque no suelo usar el blog para dar cuenta de creaciones ajenas (y cuando me hago eco de alguna solo la comento de pasada), he encontrado algo que quiero compartir con vosotros, por lo original y, sobre todo, porque a pesar del gran trabajo que se vislumbra en esta obra y de que podría considerarse toda una obra de arte, seguramente no tendrá la difusión que realmente merece.
Se trata de una lectura dramatizada de la Ilíada, la obra que tanto ha marcado la literatura occidental que nadie ha sido nunca capaz de alejarse de sus cánones; a excepción de James Joyce, que con su Ulises creó una novela algo distinta, si bien no se puede decir que rompa drásticamente con la manera que tenemos de contar las historias desde que el bueno de Homero nos legó su versión de la guerra de Troya y el viaje de Odiseo.
En la Ilíada nacen los tópicos de la literatura que tanto desgaste sufrirán a manos de los escritores de todas las épocas en lo que a ficción se refiere: la guerra, los héroes, las pasiones, el destino. Gracias a esta lectura dramatizada nos introduciremos como nunca en la archiconocida historia de amor, venganza y traición, plagada de personajes, entre los cuales destacan Aquiles y Héctor como actores y antagonistas principales de la guerra más famosa de la historia.
La lectura, acompañada de música y efectos especiales, ahonda en el plano emocional de la obra, al ofrecer al oyente la oportunidad de escuchar la voz de los personajes, en lo que es un trabajo genial de actores tan conocidos como Aitana Sánchez Gijón, Blanca Portillo y Carlos Hipólito, entre muchos otros. El oyente se estremecerá como nunca al escuchar la descripción de los gritos de agonía de los caídos en las voces de los personajes que van narrando los acontecimientos en los que tomaron parte. Ninguna película puede superar esto.
Así que, os recomiendo que os busquéis unos auriculares, os sentéis cómodamente en vuestro sofá, cerréis los ojos y os dejéis llevar por estos artistas de la voz, que os trasladarán a Troya durante cerca de tres horas. La obra está dividida en dos partes de hora y media cada una, entre las cuales es recomendable hacer un descanso, o bien escucharlas en días distintos.
sábado, 26 de marzo de 2011
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