Cercana está la publicación de Legendarium Inferni, un suplemento de aventuras que incluye las ganadoras del concurso de Dramatis Personae, y una de las cuales escribí yo mismo. Y como autor (ahora) y fiel seguidor (desde siempre) de Aquelarre, a quien me conozca tal vez le parezca raro que no haya reseñado ni el libro básico de la tercera edición ni ninguno de los suplementos que han salido hasta ahora (Saeptum Arbitri, Asturias Medievalia y Ars Malefica). La razón es que en todos aparece mi nombre entre los créditos, como colaborador en unos casos, y como “Translator Linguae Latinae” en todos. Y como mis reseñas incluyen siempre opinión, al formar parte del equipo, me temo que no sería muy objetivo.
Salvada la excusa a mi vagancia en cuanto a reseñas aquelarreras se refiere, he creído que sería buena idea contar algunas cosas para abrir boca mientras se publica el suplemento, que, si no me equivoco, saldrá este mismo mes. Y a bien tendré aderezar estas líneas con las ilustraciones que van saliendo publicadas en las redes sociales de Nosolorol, a cargo del genial Jaime García Mendoza (aunque debo aclarar que no todas van referidas a mi módulo, ya que hay dos más).
En primer lugar, unas palabras sobre el suplemento, para que la gente sepa lo que se va a encontrar.
A finales del 2012, la revista digital Dramatis Personae celebró su II concurso de módulos con el incentivo de un suculento premio: la publicación en papel (y en pdf) del módulo ganador por parte de la editorial del juego. Se presentaron 12 módulos, y de ellos el mío resultó el ganador. Sin embargo, Jordi Calvo, creador de Dramatis Personae, se puso en contacto conmigo y me preguntó qué me parecía que, junto a mi módulo, se publicaran también los dos finalistas. Me explicó que al jurado le habían parecido también muy buenos, pero que como el primer premio era la publicación, al menos quería consultármelo a mí antes, y que ello significaría una reducción en los royalties. Yo ni me lo pensé: por supuesto que sí. Yo, como aficionado, preferiría tener tres buenos módulos a uno solo. Y en cuanto a los royalties, todos sabemos que del rol no se vive; así que, ¿qué más me daba cobrar el 9 % que el 3% de las ventas? El tema económico no había sido el motivo por el que me había presentado al concurso.
Y así nació el Legendarium Inferni, que, por cierto, en un principio iba a llamarse Dramatis Fabulae. Sin embargo, incluso en este suplemento se me solicitó como “translator linguae Latinae”, y finalmente la editorial se decantó por una de mis sugerencias, “Hagiografía del Infierno” (o “colección de leyendas del Infierno”). La gracia del título está en que la hagiografía o legendarium, como lo llamaban en la Edad Media, era un libro dedicado a las vidas de los santos. En Aquelarre, en cambio, la cosa adquiere tintes demoníacos, como siempre.
Así pues, tres son las aventuras de las que se podrán disfrutar en este suplemento:
- Apocalypsis, de Juan Pablo Fernández del Río. (c’est moi)
- Rincón Malillo, de José Antonio Neto Santizo.
- Cornago, de Carlos Hernández Lusarreta.
Pronto podréis juzgar por vosotros mismos si realmente merecí el primer puesto o mis dos compañeros de publicación se lo merecieron más (entre el jurado no hubo unanimidad).
Las nueve aventuras restantes presentadas al concurso se recogieron en un especial de Dramatis Personae al que podéis acceder pinchando aquí.
Y ahora, unas palabras sobre mi módulo, Apocalypsis.
En un principio, Apocalypsis iba a ser la segunda aventura de una campaña que giraría en torno a la figura del legendario infante Alonso Enríquez de Castilla, supuesto fruto del amor entre Fadrique de Castilla, hermanastro de Pedro I, y su cuñada, la reina doña Blanca de Borbón; al menos, según un romance publicado en el siglo XVI. En dicha campaña, los PJ rescatarían al niño de las garras de sus numerosos enemigos, dado que tenía derecho al trono de Castilla, lo esconderían y se convertirían en sus mentores y protectores. Le envié el primer módulo a Antonio Polo, en el que los PJ rescataban al bebé del alcázar de Toledo, donde permanecía recluida la reina preñada, encerrada allí por orden de su cornudo esposo, Pedro I, que había montado en cólera al enterarse de su embarazo. Antonio me animó a seguir, pues tal vez podría algún día publicarse, pero, finalmente, dejé el proyecto al acabar el segundo módulo, que es el que presenté al concurso.
Y es que escribir aventuras para Aquelarre, como si de una novela histórica se tratase, requiere de un considerable esfuerzo en lo que se refiere a documentación, y las visitas a bibliotecas y consultas de antiguos textos requieren mucho tiempo. No obstante, quise darle una utilidad a mi trabajo, ya que estaba hecho, y, con algunos cambios con respecto a la campaña original, comencé a dirigir este segundo módulo en Comunidad Umbría bajo el nombre de Apocalypsis. Gracias a los jugadores, pude pulirlo y se me ocurrieron nuevas ideas, y de esta forma lo remodelé y lo presenté al concurso.
Sobre el módulo, puedo decir cómo empieza, pero si lo hago, corro el riesgo de que te formes una idea muy distinta de lo que es la aventura en sí. No obstante, lo haré, pero ten en cuenta que nada tiene que ver prácticamente la introducción (que es lo único que puedo contar) con la aventura que vivirás.
Los PJ llegan a Llerena, sede de la Orden de Santiago, atraídos por los rumores que cuentan que allí don Fadrique de Castilla, maestre de la orden y hermanastro del rey, está reuniendo un ejército para marchar a Portugal y traerse de la oreja a Alburquerque, antiguo favorito de Pedro I, que la ha liado al arreglar su matrimonio con doña Blanca de Borbón, hija del rey de Francia, a la que, Dios sabe por qué, ha encerrado en el alcázar de Toledo. Hace poco que el hambre y la peste están causando estragos en la península, y los PJ tienen una buena oportunidad para unirse a esta expedición y, con un poco de suerte, obtener un botín de guerra con el que aliviar sus penurias. Y no solo caben soldados en este tipo de expediciones; el ejército arrastra tras de sí a todo tipo de gentes: armeros, acemileros, cocineros, usureros, y por supuesto, gentes de mal vivir, prostitutas, ladrones y demás.
A su llegada a Llerena, los PJ sufrirá algunos percances que les llevarán a conocer a gente importante que pondrá en sus manos asuntos de los que ellos mismos no se pueden encargar… lo que les llevará a la cercana encomienda de Montemolín, donde se desarrolla el grueso del módulo.
Y nada más puedo decir de la historia sin desvelar sus secretos. Aunque el título del módulo puede dar una idea de lo que podría llegar a ocurrir.
Debo decir que el módulo es muy complejo y pueden ocurrir cosas que ni siquiera yo haya contemplado, dado que hay muchos personajes y todos se mueven en consecuencia mientras los PJ están actuando. De hecho, he dividido a los PNJ en primarios y secundarios para que el DJ no se haga un lío; si quiere ir al grano, bastará con los primarios, pero si quiere sacarle todo el jugo al módulo, deberá estudiarse muy bien los secundarios.
Tal vez lo peor del módulo, desde mi punto de vista como autor, es la dificultad que puede implicar para el DJ a la hora de dirigirlo, dado que no es lineal, hay muchos personajes y cada cual puede hacer de las suyas en cualquier momento. El DJ deberá estudiárselo muy bien y apretar el botón adecuado en cada momento, según su criterio, para hacer que la historia se vuelva cada vez más interesante. Sin embargo, hay muchos “botones” a su disposición, y esto es lo que le puede liar. Pero ese punto débil podría también considerarse un punto fuerte y un motivo de disfrute, al no saber el DJ cómo va a acabar la cosa hasta que se vayan sucediendo los momentos importantes que él mismo o los PJ vayan generando.
Por otra parte, requiere de PJ realmente avezados e inteligentes. Es un módulo en el que es muy fácil acabar mal si simplemente uno se lía a mamporros o se deja llevar. Hay que investigar mucho, ser muy listo y actuar en las sombras si se quiere tener éxito y cobrar la suculenta recompensa que puede acabar con las miserias de la vida de plebeyo.
En cualquier caso, creo que este módulo define bien mi visión del rol. Yo siempre he sido enemigo de la linealidad. No me gustan los módulos en los que las cosas pasan secuencialmente sin que los PJ tengan nada que ver en ellas. En este módulo los PJ generan su propio destino, pues todo lo que digan y hagan repercutirá de alguna forma y los eventos se irán generando a partir de su actuación.
Ya solo queda esperar la publicación del suplemento, y que disfrutéis de las aventuras si decidís adquirirlo.