Serie: Lobo Solitario
Autor: Joe Dever
Ilustrador: Gary Chalk, Alejandro Colucci (reedición)
Traductores: Ana Bermejo, Alberto Martín
Editorial: Altea, Timun Mas (reedición)
Fecha de publicación: 1985, 2003 (reedición)
Extensión: 350 párrafos
Dificultad: Media
Muertes automáticas: 16
Argumento: El monasterio del Kai ha sido atacado por sorpresa, y tú, Lobo Silencioso, eres el único superviviente. Deberás recorrer un país invadido por las hordas de la oscuridad hasta llegar a Holmgard, capital de Sommerlund, tu país, y avisar al rey de la amenaza que se cierne sobre vuestra patria ahora que la orden del Kai ya no se encuentra para defenderlo.
Trama: Simple, pero efectiva. El único superviviente de una orden que ha sido casi extinguida por sus enemigos en el último ataque, debe luchar por su propia supervivencia y avisar al rey de la invasión. La ambientación es correcta, con gran variedad de enemigos que encontraremos también en libros posteriores, aunque a veces peca de inocente, cosa que cambiará en el futuro. El entorno no se describe con especial esmero, si bien la ambientación se apoya especialmente en las ilustraciones. El ritmo es aceptable, pues se mantiene desde el principio la tensión que provoca el hecho de estar en continua fuga, con solo unos pocos respiros en el camino. No se profundiza demasiado en el entorno socio-político del mundo, si bien se dejan caer algunas pinceladas que nos van introduciendo en el entramado diseñado por Dever: Banedon y la orden de la Estrella de Cristal, la casi extinta orden del Kai, Pelethar, hijo del rey Ulnar, y algunos apuntes acerca de la procedencia y el poder de las criaturas de la oscuridad: giaks, vordaks, kraans, gourgaz... También algunos detalles sobre la flora y fauna autóctona, aunque escasos. Existen varios momentos de tensión y emoción que lo hacen aún más atractivo: una lucha épica contra un gourgaz, el encuentro con Banedon, ataques de kraans desde el cielo, y diversas escenas siempre marcadas por la tensión o la incertidumbre, debido a la proximidad del enemigo. No obstante, tras leerlo varias veces queda la sensación de que se le podría haber sacado más jugo a la historia, y se echa en falta algo más de dramatismo, no en los hechos que presenciamos, sino en la forma de describirlos. Tal vez es el más infantil de toda la saga del Kai.
Personajes destacados: En esta primera aventura aparecen varios personajes que irán cobrando importancia posteriormente en la serie.
El personaje del que conocemos más cosas y al que más líneas dedica Dever en este primer libro es Banedon, un miembro del gremio de magos de Toran al que Lobo Solitario ayuda a deshacerse de un destacamento de giaks que le atacaban en unas ruinas. Banedon actúa como mensajero para su orden; su misión es llevar un mensaje al monasterio del Kai advirtiendo del peligro que se cierne sobre ellos debido a la traición de uno de los suyos, un tal Vonotar, antiguo miembro de la Hermandad de la Estrella de Cristal que se ha aliado con los Señores de la Oscuridad. Lobo Solitario le cuenta lo sucedido y Banedon da por finalizada su misión, no sin antes entregarle su medallón. Es el inicio de una gran amistad con el que será uno de los principales secundarios en toda la serie. Sin embargo, este primer encuentro puede no tener lugar, dependiendo de las opciones que elijas durante la aventura.
A Pelethar, hijo del rey Ulnar, lo encuentras luchando contra las hordas de la oscuridad. Tendrás la opción de ayudarle en el combate, pero no sabremos nada más de él. Es uno de los personajes desaprovechados de este libro. Aunque puede dar mucho juego, aparece y desaparece sin más.
El rey Ulnar es el tercer personaje de peso en esta historia. Su acercamiento a Lobo Solitario será el más cercano, limitándose Dever a mencionarlo en posteriores aventuras sin participar activamente en ellas (con alguna salvedad). El antepasado fue el primero en vencer a un Señor de la Oscuridad, Vashna, con la ayuda de una maravillosa espada llamada Sommerswerd. Ahora Ulnar solo puede aspirar a mantener a raya a los invasores todo el tiempo que pueda hasta que Lobo Solitario pueda completar la misión que le encomendará cuando este le informe de la desaparición del monasterio del Kai.
Enemigos: Son muchos y muy variados, y llegamos a conocerlos bastante bien ya en esta primera aventura. Mostraremos los más importantes.
Alacrán zapador: Peligroso morador de las cuevas, es un gigantesco alacrán que ataca por sorpresa a sus víctimas en la oscuridad.
Drakkarim: No son monstruos, sino un clan de humanos malvados que se han unido al enemigo. Visten armaduras negras y son muy diestros y fieros en combate.
Giaks: Una raza de seres pequeños y rudos, creados para sobrevivir al aire ponzoñoso y el sofocante calor de Helgedad, capital del reino de los Señores de la Oscuridad (llamado los Darklands), donde se dedican a la construcción de edificios y a la forja de armas. Son muy numerosos (de hecho, creo que es el enemigo que más se repite en la serie), y luchan siempre bajo el mando de un líder. Representan las principales fuerzas de los Señores de la Oscuridad, que los reúnen en ejércitos de miles de ellos. Se comunican mediante un lenguaje muy elemental formado principalmente por sonidos guturales, del que veremos algunas muestras en este y posteriores libros, así como de su escritura. A veces usan monturas, como kraans y lobos fatídicos. Lo más destacable es su magnífica disciplina militar, cimentada en el miedo a sus mandos, que es superior al que sienten hacia sus enemigos.
Gourgaz: Es el enemigo más duro de esta aventura. Los gourgaz son terribles bestias que recuerdan a dinosaurios bípedos con brazos humanos, capaces de luchar con grandes armas. A menudo lideran batallones de giaks, y representan una fuerza terrible y temida por sí solos.
Kakarmi: Pequeños homínidos que viven en los bosques de Sommerlund. Se muestran bastante tímidos con las demás especies.
Kraans: Bestias aladas, de inteligencia y sentidos superiores a la mayoría de las especies. Se asemejan a pterodáctilos con el cuello largo. Suelen ser usados como monturas por los bajos mandos del ejército de los Señores de la Oscuridad.
Lobos fatídicos: Son grandes lobos corrompidos por el poder del dios Naar, usados como monturas por los giaks. Teienen un temperamento malvado y antinatural que les hace disfrutar especialmente del sufrimiento de sus enemigos.
Serpiente alada: Una serpiente con alas. No parece muy original, pero si nos imaginamos una así en nuestro mundo, seguro que más de uno tendría pesadillas con ellas...
Vordak: Es un ser de ultratumba creado en los abismos de los Darklands a partir de una gema. Tienen la apariencia de humanos normales, pero con unos ojos azules y brillantes y un aura amenazante a su alrededor. Actúan como tenientes de los ejércitos de giaks y drakkarim. Poseen terribles poderes mentales capaces de causar daño psíquico a sus enemigos.
Diseño de la aventura: De toda la saga del Kai, este es el libro que más libertad permite, con permiso del quinto. Es el que más caminos distintos establece para terminar la aventura, virtud que aumenta su esperanza de vida. Esto, sin embargo, no llega a convertir el libro en un juego escrito, como ocurre con series como Lucha-Ficción, ya que no necesitas determinados objetos ni visitar secciones especiales para terminar con éxito, solamente llegar a la capital como sea. Pueden llegar a sorprender las nuevas secciones y caminos que vamos descubriendo con cada nueva aventura, particularmente hacia el final, tramo en el que encontramos tres caminos bien distintos. Especialmente curioso es el diseño del final: podemos llegar directamente al rey (y por tanto al final) o dar un largo rodeo en el que incluso podemos tener un combate más. Estos detalles son especialmente significativos: el autor no intenta compensar la dificultad de dos opciones distintas, solo contar lo que ocurre dependiendo de nuestra elección. No obstante, el hecho de que haya más caminos distintos hace que la lectura sea considerablemente más breve que en libros posteriores. Por lo demás, el diseño no es especialmente brillante, muy convencional, y la dificultad está bien calculada. Es, además, variada según las opciones que escojamos: podemos tomar parte en multitud de combates o bien no luchar en toda la aventura, aunque, a pesar de la posible ausencia de combates, existen algunas muertes automáticas que nos pueden aguar la fiesta.
Ilustraciones: El arte del ilustrador original (Gary Chalk) se nos muestra en todo su esplendor, con ilustraciones muy inspiradas. Él es, prácticamente, quien nos introduce en Sommerlund, apoyándose el autor en su obra para describirnos sus criaturas. Especialmente destacables son la gran cantidad de ilustraciones secundarias que aparecen a lo largo de todo el libro, algunas con una magnífica profusión de detalles, que representan una impagable contribución a la ambientación. Pero también existen muy buenas ilustraciones a una página que cumplen el mismo cometido a la perfección; gracias a ellas podemos contemplar una estupenda vista de los tejados de Holmgard, y la épica batalla contra el gourgaz plasmada en un magnífico ambiente claustrofóbico con gran cantidad de soldados y un príccnipe Pelathar a punto de sucumbir ante la bestia. Se puede decir que, con la salvedad del segundo título de la serie, nos encontramos ante la mejor contribución de Gary Chalk a Loobo Solitario.
Colucci, ilustrador de la reedición, se aleja diametralmente de la explosión imaginativa de Chalk y usa dibujos que, si bien poseen una técnica superior, adolecen de una clara falta de originalidad. Cuando contemplamos sus ilustraciones tenemos la sensación de haber visto esos dibujos en alguna parte. Las composiciones, escasas y muy convencionales, apenas contribuyen a la ambientación, y los fondos, en muchos casos, brillan por su ausencia. No estoy acusando a Colucci de ser un mal dibujante; al contrario, su trabajo es magnífico, pero pienso que el tema de las ilustraciones fue muy mal planteado por la editorial, Timun Mas. Si a un libro cuya principal virtud son las ilustraciones le cambias el dibujante y añades menos de la mitad de los dibujos del original, te lo cargas.
Opinión: El libro es una aproximación a Magnamund, una introducción al mundo de Lobo Solitario, y en ese aspecto cumple perfectamente su cometido, aunque su complejidad es mucho menor que aquella a la que nos acostumbrará Dever en libros posteriores. Además, Dever, ya en este libro, aunque aún no nos da demasiadas claves para pensar que puede ser así, parece que se decanta por escribir historias en lugar de diseñar juegos. De esto no quedará duda alguna en el siguiente título, que completa la historia de la invasión de Sommerlund.
Puntuación de 0 a 10: 6