En este artículo vamos a comprobar si el sistema Mythic realmente funciona y es capaz de proporcionar una sesión de juego individual satisfactoria. Para ello vamos a ponérselo difícil por una parte, pero por otra intentaremos explotar sus posibilidades. Voy a jugar una aventura de Aquelarre, pero voy a huir de guerreros saja-raja y magos munchkin, y me voy a hacer un personaje que esté bastante alejado de esos dos extremos: un escriba cuyo único aliciente va a ser una buena historia personal llena de posibilidades de aventura; además, va a ser cobarde, por lo que a priori huirá de cualquier pelea. Con ello estoy predisponiéndome a aventuras de investigación e intriga. Pero voy a darle un empujón al sistema, ya que voy a usar el suplemento Desciptio Cordubae (ofrecido por Antonio Polo de manera gratuita en su blog), en el que se describe toda la ciudad de Córdoba y se incluye una gran cantidad de personajes e ideas de aventuras.
Todo lo referido a la aplicación del sistema Mythic lo escribiré en azul, y las alusiones a las reglas de Aquelarre y hoja de pesonaje irán en rojo; si se lee el texto saltándose los párrafos en azul y rojo, se debería poder leer una historia totalmente coherente. Veremos si Mythic pasa la prueba.
Nombre: Rafael Katib
Reino: Castilla
Pueblo: Castellano
Posición Social: Burguesía
Profesión: Escriba (traductor)
Profesión Paterna: Sacerdote (párroco)
Situación Familiar: Bastardo (fornecino), padres muertos.
Edad: 19
Altura: 1,64 varas
Peso: 112 libras
Características Primarias:
FUERZA 10
AGILIDAD 10
HABILIDAD 15
RESISTENCIA 15
PERCEPCIÓN 15
COMUNICACIÓN 15
CULTURA 20
Características Secundarias:
SUERTE 50
TEMPLANZA 40
RACIONALIDAD 75
IRRACIONALIDAD 25
PUNTOS DE VIDA 15
ASPECTO 15
COMPETENCIAS
Comerciar 45
Descubrir -10
Elocuencia 25
Empatía 35
Enseñar 15
Escuchar 40
Idioma Árabe 50
Idioma Cast. 100
Idioma Latín 85
Leer y Escribir 85
Leyendas 45
Mando 00
Memoria 45
Seducción 00
Sigilo 35
Cuchillos 15
ORGULLOS
Clase Social Alta, Burguesía (1 punto)
Don de Lenguas (1 punto)
Literato (1 punto)
Sigiloso (1 punto)
Versado en Leyendas (1 punto)
VERGÜENZAS
Cobarde (2 puntos)
Corto de vista (1 punto)
Timidez (2 puntos)
GASTOS
Ingresos mensuales 850
Gasto semanal 150
Dinero en bolsa 4250 (gastar al menos 2125 en equipo)
Posesiones
Casa sencilla con tres habitaciones cerca de la plaza de San Salvador, Córdoba
Equipo
Cuchillo
Ropa elegante
Bolsa
Zurrón
5 cálamos
2 cirios
Escribanía
Libro para notas
500 folios de pergamino
2 cuartillos de tinta
Yesquero
Aceite de candil (24 h.)
Candil
Bolsa: 8 maravedíes
Historia
Rafael es hijo de Benito de Córdoba, párroco de la iglesia de San Andrés en Adamuz. Benito era un hombre muy respetado por sus feligreses, y aún sin haber llegado a los cuarenta años ya lo consideraban todo un erudito y un sabio al que acudía todo aquel que tenía problemas. En una invasión de los moros llegó incluso a ofrecerse como esclavo a cambio de varios hombres, pero fue liberado por los ejércitos de varios nobles antes de que la expedición volviera a Granada. Sin embargo, el diablo se le apareció en forma de mujer y cayó en la tentación de la carne: se enamoró de una joven dama viuda llamada Beatriz, que solía acudir a su misa intentando buscar consuelo a su soledad. Ambos decidieron guardar el secreto e inventarse la historia de un niño abandonado a las puertas de la iglesia, que Benito acogería como expósito hasta que pudiera valerse por sí mismo. Así pues, el pequeño Rafael fue creciendo al lado de su padre y su madre, que se seguían viendo de manera furtiva. Se pasaba las horas en la biblioteca aprendiendo a leer y escribir, leyendo a los grandes maestros: César, Virgilio, Isidoro de Sevilla, Tomás de Aquino... Hasta que un día, un rico comerciante, despechado por los constantes rechazos de Beatriz, descubrió que se veía con Benito y les preparó una trampa. Benito fue expulsado y encarcelado, y su madre duramente castigada y humillada públicamente. Se llevaron a Rafael a Córdoba y ya nunca volvió a saber de sus padres. Contaba por entonces ocho años. Lo llevaron al Hospital de la Santa Cruz en Córdoba, donde creció junto a otros niños que la tomaron con él y solían molestarle y hacerle la vida imposible; por eso solía esconderse donde no le encontraran, y fue en entonces cuando aprendió a ser sigiloso; solo un niño pequeño, Andresito, se hizo su amigo, pero al cabo de un tiempo murió de viruela. Doña Mayor Martínez, una rica mujer que había costeado la construcción del hospital, se dio cuenta de la situación de Rafael, y entonces decidió sacarle de allí y ofrecérselo como aprendiz a un escribano de la plaza de San Salvador, al comprobar que el niño sabía manejar el cálamo y leer incluso en latín. El escribano, un hombre llamado Alberto, era muy hosco y apenas le enseñaba nada; lo tenía solo como recadero, pero Rafael era muy listo y con los años logró aprender algo de leyes, la minuta de los documentos y las fórmulas que se utilizaban en contratos de arrendamiento, testamentos y demás. Cuando contaba trece años Alberto murió, y antes de que su familia más cercana reclamara sus bienes, Rafael consiguió hacerse con algunos legajos y material de escritura. Sin embargo solo era un niño, y nadie confiaba en él para sus negocios; nadie excepto un hombre de la morería llamado Yusuf, que al ver que el muchacho valía, le confió las cuentas de su pequeña alfarería. Gracias a Yusuf, Rafael logró sobrevivir y además aprendió árabe. Fue entonces cuando empezó a ser conocido como "Katib", que es el nombre que dan a los escribas en Granada, pues la voz se corrió entre los artesanos moros y Rafael terminó llevando las cuentas de muchos de ellos. Una vez que se hizo mayor, Rafael pudo alquilar un local y dedicarse a traducir libros por encargo. Entre sus clientes se encuentra don Álvaro de Argote, un viejo y loco noble que devora libros de todo tipo, aunque tiene especial debilidad por los bestiarios. Con el tiempo, Rafael también se aficionó a ellos, sobre todo a los que presentaban criaturas fantásticas y leyendas sobre ellas, y no era raro verle aún en su estudio a altas horas de la madrugada, echando horas extras para hacerse una copia de los libros de don Álvaro. Fue escribiendo a la débil luz de una vela como contrajo su miopía.
Rafael no es precisamente muy amigo de meterse en problemas, y suele huir ante cualquier situación que considere peligrosa o comprometida. Por culpa de su timidez ha perdido algunas buenas oportunidades de amor y de negocio. Aún ayuda cuando puede al viejo Yusuf, sin cobrarle nada. Recientemente ha podido comprarse una casa gracias a sus ingresos y hacerse un buen estudio, y ahora vive en una calle cercana a la Plaza de San Salvador, en la collación de San Andrés. Es un gran aficionado a los libros, y actualmente anda recorriendo los monasterios de la ciudad tras la pista de una versión en latín de un bestiario anónimo de la antigüedad titulado Monstra Arcana, que habla sobre criaturas de procedencia mágica. Guarda su pequeña colección en su biblioteca personal, la mayoría copias de libros traducidos por él mismo.
PNJS
Doña Mayor Martínez
Aunque Rafael no lo sabe, es sobrino de doña Mayor, hermana mayor de su madre Beatriz, la única aparte de Benito que sabía que era su hijo. Todos los golpes de suerte que Rafael ha tenido en su vida han sido gracias a ella, que desde las sombras velaba por su bienestar. Así, fue ella quien le sugirió a Yusuf que le dejara llevarle las cuentas de su negocio, y fue ella quien le consiguió buenos clientes para su negocio de tracción. Doña Mayor es ya muy anciana, y se limita a pasear de vez en cuando por el Hospital y a quedarse en su casa cuidada por sus "sobrinas", que son algunas de las niñas pobres y abandonadas que recogía. Está empezando a sufrir la demencia senil, pero está tranquila con respecto a Rafael, pensando que ahora su negocio va muy bien. Su mayor preocupación es mantener el Hospital.
Yusuf
Al viejo alfarero no le van tan bien las cosas como antaño, pero al menos recibe la ayuda de Rafael, que está buscando la forma de reflotarle el negocio. Pero está preocupado por su familia y ha cometido el error de recurrir al juego para sobrevivir. Ya ha perdido una fortuna en el mesón de las Tafurerías, y debe mucho dinero a unos matones liderados por un rufián al que llaman el Landre. En una ocasión le pillaron y le dieron de puñetazos como aviso para que les pagara, amenazándole hacer daño a su familia, en especial a sus dos hijas, Fátima y Zorayda, a las que les encantaría conocer más "de cerca".
Don Álvaro de Argote
El viejo comparte con Rafael la pasión por los libros. Sus dos hijos se unieron a la temeraria "cruzada" contra Granada que organizó el maestre de Calatrava don Martín Yáñez, y casi seguidamente se quedó viudo, así que ahora vive en la soledad de su mansión atendido por sus criados, y ve en Rafael al nieto que nunca llegó a tener. Rafael suele visitarle para hablar sobre literatura, filosofía y otros temas. Actualmente está en litigio con una rama de su familia que pretende quitarle sus heredades con la excusa de que no tiene quien las trabaje; el concejo de la ciudad apoya a sus enemigos, y es por ello que se pone de muy mal humor cuando oye hablar de alguno de los miembros del concejo. Solo gracias a la ayuda de Rafael y su asesoramiento legal conserva aún sus tierras.
Aplicando estos datos al sistema Mythic, tenemos lo siguiente para empezar:
Lista de personajes:
1. Doña Mayor Martínez
2. Yusuf
3. Don Álvaro de Argote
Lista de tramas:
No hay trama
Factor de Caos: 5
He decidido dejar el comienzo al arbitrio del sistema Mythic, ya que según las reglas es posible montar la escena inicial a partir de un Evento Aleatorio.
¡Viajeros al tren! Vamos que nos vamos.
Contexto: Rafael Katib
Foco: PJ negativo
Significado: Espiar Tácticas (tácticas de espionaje)
Escena 1: El problema de Yusuf.
Viernes, 2 de noviembre de 1408
Otro día más, Rafael fue a la morería para encontrarse con Yusuf y comentarle algunas ideas que había tenido para mejorar su negocio. Sin embargo, el viejo Yusuf parecía cansado y no prestaba mucha atención; estaba en otro sitio. Rafael lo advirtió y le preguntó qué le pasaba, pero Yusuf no soltaba prenda. Al terminar, Rafael tenía la sensación de haber hablado con un moribundo al que ya nada le importaba. Salió de su casa con una extraña sensación; nunca había visto así a Yusuf, tan desanimado, tan acabado. Aquello no podía ser solamente fruto de su preocupación por el negocio: algo más le pasaba. Y pronto lo iba descubrir, pues al llegar de vuelta a su casa, Zorayda, la hija menor de Yusuf, le estaba esperando en la puerta. Hacía tiempo que Rafael sentía algo por ella, pero su maldita timidez le impedía acercarse a ella más de lo que podría hacerlo cualquier otra persona. Cuando Zorayda le pidió que le dejara entrar en su casa, se hizo falsas ilusiones; lo supo en cuanto se fijó en el rostro de la joven muchacha, ensombrecido por la preocupación.
-¿No has notado algo raro en mi padre? -le preguntó.
-Sí, cuando he ido a verle estaba más callado que de costumbre -contestó Rafael.
-Algo terrible le pasa -dijo Zorayda-. Le he estado espiando, ¿sabes?
-¿Por qué? -preguntó Rafael.
-Nos tenía muy preocupadas. Parecía un ánima errante, no habla, no come... y un día llegó a casa magullado y dolorido. Ayer le seguí hasta el mesón de las Tafurerías. Le vi jugando a los dados con una gente que no me parecía de fiar. Hablaba con unos tipos malcarados que parecían gritarle y amenazarle. ¡Por favor, Rafael, tienes que ayudarle!
Rafael tragó saliva; le horrorizaba tan solo pensar que tenía que departir con unos rufianes. Seguramente se trataba de los tahúres que solían reunirse en los mesones de la plaza de San Salvador; Yusuf tenía que estar realmente desesperado para recurrir al juego, pero era demasiado orgulloso para pedirle ayuda, y ahora se había metido al parecer en un buen lío. ¿Qué podía hacer él? No servía para ir por ahí emulando a Amadís de Gaúla, desfaciendo entuertos. Pero Yusuf había hecho mucho por él en el pasado, y además quería que Zorayda volviera a lucir su bonita sonrisa.
-No te preocupes -le dijo-, intentaré arreglarlo.
-¡Gracias, Rafael! -exclamó Zorayda, que se lanzó de inmediato a sus brazos.
Tan solo por aquello ya valía la pena correr el riesgo.
Lista de personajes: añadido Zorayda
Lista de tramas: añadido "Problema de Yusuf"
Factor de Caos: 4
Escena 2: Rafael va al mesón de las Tafurerías para averiguar lo que le ocurre a Yusuf
Tirada: 9 (sin cambios)
Aquella misma mañana, Rafael se armó de valor y se encaminó al mesón de las Tafurerías. Cogió su cuchillo y la bolsa con los ocho maravedíes que le quedaban. La plaza estaba abarrotada como siempre a esta hora de la mañana: los vendedores anunciaban a voz en grito lo que ofrecían en sus tenderetes, y gentes de toda condición los recorrían como hormigas en busca de alimento para el hormiguero. Rafael se abrió paso como pudo hasta llegar al mesón de las Tafurerías. Nunca había entrado allí, pues nada quería saber de los malandrines que pululaban por aquellos lares. El lugar era un maltrecho local que hedía a humanidad.
Pregunta: ¿Se ve gente con pinta de rufianes que estén jugando en alguna mesa? (casi seguro)
Respuesta: No (88)
Rafael echó un vistazo entre las personas que jugaban en las mesas del fondo, pero ninguna de ellas le pareció un tahúr: la mayoría eran trabajadores y comerciantes que jugaban silenciosamente a los dados y a los naipes. Decidió acercarse para echar un vistazo. Se puso al lado de la mesa en la que estaban jugando a mayores (gana el que alcance la mayor puntuación lanzando tres dados), pues era el único juego que conocía. Observó atentamente entre los presentes, para ver si alguien hacía algo sospechoso.
Tirada de Descubrir (-10): Fallo (10)
Pero todo parecía transcurrir con normalidad; de todas formas, su miopía no le dejaba fijarse en los detalles. Al no ver nada extraño, Rafael decidió volver a su casa y preguntarle el día siguiente directamente a Yusuf.
Lista de personajes: sin cambios
Lista de tramas: sin cambios
Factor de Caos: 3
Escena 3: Rafael va a casa de Yusuf para preguntarle directamente por su problema
Tirada: 7 (sin cambios)
Sábado, 3 de noviembre de 1408
Rafael se levantó dispuesto a hablar con Yusuf para intentar ayudarle. De nuevo emprendió el camino hacia la morería y llegó a casa del viejo alfarero.
Pregunta: ¿Está Yusuf en su casa? (muy probable)
Respuesta: No (85)
Pregunta: ¿Está Zorayda? (casi seguro)
Respuesta: Sí excepcional (08)
Pero fue Zorayda la que abrió la puerta.
-Ayer no pude averiguar nada -comentó Rafael, como disculpándose-. Por eso decidí venir y hablar directamente con tu padre.
-No está -contestó Zorayda.
-¿Sabes a dónde ha ido?
Pregunta: ¿Sabe Zorayda a dónde ha ido su padre? (50/50)
Respuesta: No (82)
-No lo sé. Cuando me levanté no estaba en casa.
-Iré a buscarlo al mesón de las Tafurerías -dijo Rafael.
-Pero, por favor, no le digas que hablé contigo -dijo Zorayda.
-No te preocupes por eso.
Rafael volvió a su casa para coger su cuchillo y su bolsa y fue de nuevo al mesón.
Pregunta: ¿Está aquí Yusuf? (muy probable)
Respuesta: Sí (27)
Pregunta: ¿Están con él los rufianes? (muy probable)
Respuesta: Sí (38)
Pregunta: ¿Están jugando? (muy probable)
Respuesta: No (75)
Esta vez Rafael vio allí a Yusuf, pero no estaba jugando, sino hablando con unos hombres que tenían muy mala pinta. Rafael se acercó sin que Yusuf le viera para intentar averiguar de qué estaban hablando.
Pregunta: ¿Hay mucha gente en el mesón? (muy probable)
Respuesta: Sí (62)
Tirada de Sigilo, bonus +25 porque hay mucha gente y se puede esconder tras ellos (60): Éxito (53)
Tirada de Escuchar (40): Fallo (53)
Consiguió acercarse un poco, pero aún estaba demasiado lejos para escuchar con claridad la conversación que estaba teniendo. Como no entendía nada, se quedó de pie tras un grupo de gente, esperando su próximo movimiento.
Pregunta: ¿Vuelve a su casa Yusuf tras hablar con los rufianes? (muy probable)
Respuesta: Sí excepcional (12)
Finalmente, los rufianes se retiraron y Yusuf salió del mesón en dirección a su casa. Rafael esperó media hora más o menos ante de dirigirse de nuevo a su casa para hablar con él.
-Tenemos que hablar -le dijo a Yusuf en cuanto este le abrió la puerta.
-¿De qué? -inquirió Yusuf.
-De problemas.
Yusuf se quedó mirando unos instantes a Rafael, y seguidamente le dio paso a su salón.
-Esta mañana me pareció verte en la plaza de San Salvador -dijo Rafael; Yusuf abrió aún más los ojos, en señal de sorpresa-. Fui a hablar contigo sobre lo de ayer y vi que te metías en el mesón de las Tafurerías. Cuando entré te vi hablando con unos rufianes. ¿Que te pasa, Yusuf?
Yusuf bajó la cabeza al saberse ya descubierto, y, resignado, comenzó a hablar.
-El negocio va muy mal. Temía por mi familia. Un día Ahmed, el zapatero, me dijo que había sacado un dinero extra jugando en el mesón de las Tafurerías, así que probé suerte... iba muy bien, pero entonces comencé a perderlo todo, y ahora le debo 120 maravedíes a un tipo. Y como no puedo pagárselo, me ha amenazado con hacer daño a mis hijas.
-¿Sabes quién es ese tipo?
Pregunta: ¿Conoce Yusuf a su acreedor? (50/50)
Respuesta: No excepcional (90)
-Nunca lo había visto, y de hecho no he vuelto a verlo desde que jugué con él. Por más averiguaciones que he hecho, me ha sido imposible siquiera saber por dónde se mueve. Los tipos que viste son sus matones. Quedé con ellos en el mesón para intentar hacer un trato con ellos y pagarles en especie, pero no atienden a razones. He quedado con ellos dentro de tres días. Ya no sé qué hacer.
-Yo me haré cargo de la deuda -dijo Rafael-. Iré contigo y les diré que podré pagarles a finales de este mes.
-Pero yo no voy a poder pagarte...
-Ni quiero que lo hagas.
-No puedo aceptarlo.
-Vamos, Yusuf -dijo Rafael-. Has dicho que tus hijas están en peligro. Su bienestar es lo único que debe importarte. Ya me devolverás el favor de alguna manera.
-Eres como el hijo que nunca tuve -dijo Yusuf, con lágrimas en los ojos.
Lista de personajes: añadido Acreedor de Yusuf y matones
Lista de tramas: sin cambios
Factor de Caos: 2
Escena 4: Trato con los matones
Tirada: 5 (sin cambios)
Martes, 6 de noviembre de 2008
Tal como arcodaron, Yusuf y Rafael se encontraron la mañana del martes para ir juntos al mesón, donde esperaban los matones. Rafael cogió su cuchillo, pero no se llevó ni un maravedí. Estaba muy nervioso ante la incertidumbre de cómo se tomarían su proposición aquellos truhanes. La plaza estaba a rebosar, como siempre. Yusuf entró primero, seguido de Rafael.
Pregunta: ¿Han llegado ya los matones? (muy probable)
Respuesta: No (65)
Sin embargo, los rufianes todavía no estaban allí. O tal vez estaban por allí ocultos, preguntándose quién era la persona que acompañaba a Yusuf.
Pregunta: ¿Están por allí escondidos? (algo probable)
Respuesta: No (36)
Pero no era así, ya que poco después entraron dos individuos y Yusuf puso alerta a Rafael. En cuanto vieron a Yusuf, se acercaron a él de inmediato.
-¿Quién es este? -inquirió uno de ellos, refiriéndose a Rafael.
-Ha venido conmigo para ofreceros un trato -explicó Yusuf.
-¡No hay trato que valga! -bramó el otro-. Queremos el dinero ya, o tu familia lo lamentará, moro.
-Yo os pagaré -se apresuró a decir Rafael.
-Da igual quien nos pague -exclamó el matón-, pero queremos ya esos 120 maravedíes.
-Os puedo pagar, pero no ahora -dijo Rafael.
Pregunta: ¿Reaccionan bien los matones? (muy improbable)
Respuesta: No (12)
-Mira, nene -dijo el primero-, me estás tocando los cojones. Hoy no salís vivos de aquí como no soltéis la guita. Así que tú verás lo que haces.
-Espera -dijo Rafael-, de verdad que puedo pagar, pero no cobro hasta dentro de tres semanas. Si pudiérais esperar...
Pregunta: ¿Aceptan los matones aplazar el pago tres semanas? (muy improbable)
Respuesta: No (79)
Pregunta: ¿Se ponen violentos? (casi seguro)
Respuesta: No excepcional (99)
El matón se acercó tanto a Rafael que a cada palabra le llegaba el hedor a vino picado de su aliento. Posó su mano en su hombro de manera amenazante.
-Quieres que te diga que sí, ¿verdad? -bromeó-. Me encantaría, pero resulta que no soy estúpido.
Entonces, dio un golpe con la otra mano abierta en la pared detrás de Rafael.
-¡Ya estoy harto! -gritó el matón-. Como no nos paguéis, a partir de ahora no vais a poder dormir tranquilos por las noches... sobre todo tú Yusuf, porque estoy deseando ponerme las botas con esas deliciosas zorritas que tienes por hijas.
Rafael se odió a sí mismo en aquel momento. Era demasiado cobarde como para siquiera pestañear en aquel momento. No era un hombre, sino un ratón. Se odió por no ser capaz de sacar su cuchillo y hundirlo profundamente en el costado de aquel valentón; se odió por no tener las suficientes agallas como para defender el honor de Zorayda; pero él no era un asesino.
-Una semana -dijo al fin el otro-. Ni más ni menos. Si no está aquí el dinero el lunes por la mañana, tendremos muchas gargantas que cortar.
Y dicho esto, se fueron por donde habían venido.
-No tenía que haberte metido en esto -se lamentó Yusuf.
-Fui yo quien se metió -dijo Rafael, recuperando el aliento tras el mal trago-. Me metí para sacarte de esta, y lo haré. Voy a pedirle a don Álvaro un adelanto por el libro que le estoy traduciendo.
-¡Al infierno, Rafael! -gritó Yusuf-. No pienso consentirlo. ¡Voy a seguir a esos malnacidos y a acabar con ellos!
-¿Estás mal de la cabeza? -exclamó Rafael-. ¡Te harán pedazos si te descubren!
-Prefiero que me hagan pedazos a que le hagan daño a mi familia.
Y Yusuf salió corriendo de allí, sin que Rafael pudiera hacer nada por impedirlo. Así que no le quedó más remedio que salir tras él.
Lista de personajes: sin cambios
Lista de tramas: sin cambios
Factor de Caos: 3
Escena 5: Tras los matones
Tirada: 9 (sin cambios)
Pregunta: ¿Van los matones a ver a su jefe? (muy probable)
Respuesta: Sí (35)
Rafael salió rápidamente y vio a Yusuf abriéndose paso entre la multitud en dirección a la calle que conducía a la iglesia de San Pablo. Sin duda, los matones se dirigían a la collación de San Lorenzo o a la de la Magdalena, ambas un verdadero nido de malhechores. Rafael trató de alcanzar a Yusuf antes de que saliera de la plaza.
Tirada de Correr (10): Éxito (10)
Justo cuando salía, le agarró del brazo.
-¡Yusuf, por Dios! -gritó Rafael.
-¡Suéltame! -gritó Yusuf, y comenzó a forcejear.
Rafael intenta una acción extendida de Inmovilizar.
Tirada de Rafael de FUE x5 (50): Fallo (66)
Tirada de Yusuf de FUE x5 (75): Éxito (38)
Yusuf intenta un Empujón.
Tirada de Yusuf de Pelea (25 + 50 por melé = 75): fallo (93)
Yusuf se libró fácilmente del agarrón de Rafael y trató de empujarle para que perdiera el equilibrio, pero no lo consiguió y siguió corriendo.
-¡Yusuf, que te van a matar! -gritó Rafael.
Pero Yusuf estaba fuera de sí. Toda la presión a la que le habían sometido, la amenaza a su familia y el ver que el problema se agravava cada vez más le hizo explotar.
-¡Eh, vosotros! -gritó en dirección a los matones, que volvieron la vista de inmediato-. ¡Vamos a acabar con esto aquí y ahora!
Había gente por la calle, y los curiosos acudieron raudos para presenciar lo que pensaban que iba a ser una buena pelea. Sin embargo, los matones no eran tontos; no iban a exponerse a la vista de todos ni a arriesgarse a ser sorprendidos por los alguaciles, así que continuaron su camino, no sin que antes uno de ellos se pasara el dedo por la garganta, dándole a entender a Yusuf que ya estaba muerto por haberles desafiado. Los presentes comenzaron a murmurar sobre aquel moro que andaba buscando gresca. Rafael lo sacó de allí antes de que la cosa empeorara y se presentaran los alguaciles del concejo.
-¿Qué he hecho? -sollozaba Yusuf, ya sin resistirse a los tirones de Rafael.
Lista de personajes: sin cambios
Lista de tramas: sin cambios
Factor de Caos: 4
Seguiremos próximamente con la escena 6, en la que Rafael se decide a ir a San Lorenzo para contratar a un matón que proteja a Yusuf.
Comentarios
La aventura ha tenido ese ingrediente de sorpresa al que aludían los autores, pero solo al principio, ya que no esperaba que la historia de Rafael terminara convirtiéndose en una especie de novela negra medieval (me ha recordado a sLang y todo). Más bien creía que iba a surgir algo relacionado con su búsqueda de códices o con su trabajo de traductor. Por lo demás las cosas sí han sucedido como esperaba, excepto por la escena 5, en la que sin necesidad de hacer preguntas a la Hoja de Destino ha salido algo que podría parecer un poco absurdo, y es que Yusuf se ponga a dar voces en medio de la calle desafiando a los matones. Pero es que pensé que después de ese calentón comprendió que no podía hacer nada contra ellos. Aunque la historia gira en torno a él, hice que su problema afectara directamente a Rafael, el PJ, descubriendo que está enamorado de su hija Zorayda, y que esta corre peligro por la amenaza de los matones.
Tras haber seguido las reglas del sistema Mythic al pie de la letra, he encontrado algunas incongruencias y cosas muy mejorables. Por ejemplo, el Factor de Caos cambia siempre al final de cada escena, pero hay veces que sería mejor dejarlo como está; sobre todo en las primeras escenas, en las que todavía los PJ tienen control sobre la historia, aunque no ocurra nada que les beneficie directamente. Siguiendo las reglas, el Factor de Caos cae fácilmente hacia el 1. Tras la primera escena, las otras han sido bastante previsibles.
Y es que aparte de la escena inicial, ninguna otra se ha visto modificada por un Evento Aleatorio. Si bien tal vez es aún algo pronto para empezar a vivir inesperados giros en el argumento, no deja de ser cierto que la historia debe coger algo de ritmo para que no se pierda el interés en ella.
La peor parte se la lleva la forma en la que se formulan las preguntas y la probabilidad asignada. A veces uno no sabe muy bién en qué basarse para asgnar una probabilidad a las preguntas que hacen, pero además es que su ocurrencia depende mucho de la manera en que estas se formulan. Además, hay preguntas que no deberían verse tan influidas por el Factor de Caos. Con elas reglas en la mano, puedo hacer dos preguntas de forma totalmente opuesta pero igualmente lícita. En la escena cuatro, cuando Rafael propone a los matones aplazar asumir el pago pero aplazarlo tres semanas, hice la pregunta: ¿Aceptan los matones aplazar el pago tres semanas? Le asigné un "muy improbable", y como el Factor de Caos era 3, tenía una probabilidad del 10% de que me dijeran que sí. Sin embargo, podría haberlo preguntado de esta manera: ¿Ponen alguna objeción los matones a la propuesta de Rafael? Si lo hubiera hecho así, lo hubiera considerado "casi seguro", y entonces hubiera tenido un 75% de probabilidad de que la respuesta fuera afirmativa... lo que significa que tenía un 25% de que fuera negativa, es decir, de que los matones no pusieran ninguna objeción y aceptaran aplazar el pago de la deuda. Si lo hubiera preguntado así, habría tenido un 15% más de probabilidad con respecto a la otra manera de preguntarlo. Pero hay más: me encontraba en un Factor de Caos 3; sin embargo, si me hubiera encontrado en un Factor de Caos 7, por ejemplo, la probabilidad hubiera subido del 10% a un 70%. Y digo yo, ¿qué tendrá que ver el Factor de Caos con el hecho de que los matones acepten lo que Rafael les propone? ¿Y tanto cambia como para subir en un 60%? O sea, que cuando las cosas están más descontroladas (mayor Factor de Caos) los matones tienden a aceptar el aplazamiento del pago... pues no lo veo nada lógico.
Por ahora ese es el fallo más importante que le encuentro a este sistema: a veces la probabilidad de aquiescencia no tiene ni pies ni cabeza, y está claro que no todas las preguntas formuladas en la Hoja de Destino deberían tratarse por igual ni verse influidas por las mismas variables. Sin embargo, como ya dije, hay que exprimirlo un poco más para comprobar su eficacia. Por ahora, a pesar de tener un buen trasfondo y toda una ciudad llena de posibilidades, tampoco me he divertido tanto como era de esperar.
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